A la hora de reformar el hogar existen muchas opciones: instalar el aire acondicionado, reformar baño o cocina, etc. Sin embargo en algunos casos las ideas para reformar una casa pueden tener un precio muy elevado, lo que genera problemas.
Por eso si no quieres gastarte mucho dinero y te preguntas cómo reformar una casa de forma barata, la mejor solución es planificar y controlar la ejecución de la obra.
Para ello tendrás que familiarizarte con conceptos de construcción como la memoria de calidades de los materiales, el presupuesto de ejecución material, y los plazos y condiciones de pago.
Y es que a la hora de cómo ahorrar dinero en una reforma es fundamental que compares entre diversos presupuestos además de analizar bien los costes de materiales y mano de obra.
Antes de empezar con las obras de cualquier trabajo de reformas hay que conocer en detalle el presupuesto de ejecución material.
Porque de este documento escrito se derivará el precio de la reforma de la casa por metro cuadrado, pero también los derechos y obligaciones de las partes que intervienen en el trabajo de construcción: la empresa y el cliente.
Normalmente la elaboración de un presupuesto de reformas es gratis salvo que se avise de lo contrario. En el caso de que el desplazamiento o la complejidad de la obra haga que el cálculo del presupuesto de obra lleve bastante tiempo.
Del presupuesto se deriva el plazo para reformar una casa y el precio, puesto que si hay retrasos en las obras el coste de la mano de obra aumentará.
Nunca contrates a una empresa de construcción o reformas que no te entregue un presupuesto detallado y por escrito. Desconfía de albañiles, electricistas, o fontaneros que dan cifras de palabra o sin detalle.
Porque en esos casos será fácil que en el precio del presupuesto no estén incluidos impuestos obligatorios como el IVA o tasas y licencias. Que al final tendrás que costear salvo que quieras asumir riesgos muy elevados.
A veces el presupuesto incluye dietas y desplazamientos, por ejemplo si vamos a reformar la casa del pueblo. En esos casos suele ser mejor buscar una empresa o un profesional de la construcción de un pueblo cercano.
En otros casos, como ocurre en verano, es la disponibilidad o la carga de trabajo la que aumenta el importe del presupuesto total. En esos casos es casi mejor esperar unos meses hasta fechas donde la competencia sea mayor. Por ejemplo, el precio por instalar calefacción suele ser más barato en verano.
De todas formas ten en cuenta que no es lo mismo reformar una casa vieja que el precio de una reforma integral o parcial. Así que a veces es mejor ir poco a poco para así ir ahorrando el dinero necesario para las obras.
Los materiales son junto con la mano de obra uno de los costes más importantes en cualquier obra de reforma integral o no.
Por eso elegir bien los materiales, en cuanto a su calidad – precio, es fundamental para abaratar el presupuesto de la reforma. Pero también para evitar fraudes y estafas al usar materiales inferiores a las fijadas en la memoria de calidades.
De ahí que si quieres ahorrar dinero con los materiales lo mejor es que los compres tú mismo, salvo que la empresa de reformas pueda obtener un mejor precio con su proveedor o almacén de materiales de construcción.
Aunque muchas contratas y albañiles añaden un margen de beneficio a la compra de los materiales, encareciendo el coste de la obra lo que puede suponer un grave perjuicio económico en casos de reformas completas.
Comparar precios de los materiales de mayor calidad o de aquellos que se va a emplear más cantidad es algo fundamental. Porque no hace falta que optimices el coste de todos los materiales por ahorrar unos pocos euros.
Otro de los aspectos a considerar son las modificaciones y cambios de los materiales que no venían presupuestados ni recogidos en la memoria de calidades.
En estos casos es importante que autorices su compra si el cambio está bien argumentado, por ejemplo porque han dejado de fabricar un modelo de azulejo. Pero cuidado no te estén pidiendo autorizar el empleo de materiales usados o de segunda mano.
Algo habitual en materiales de electricidad o fontanería y cuyo ahorro en el coste de la reforma podría ser a corto plazo, al tener una menor vida útil o no contar con garantías.